Y te ocurre en el trabajo, en casa, con los amigos, cuando vas a comprarte algo y te dejas convencer por la vendedora
Las consecuencias son fatales para nosotras y también para los que nos rodean : nos arrepentimos de nuestra cobardía, nos sentimos mal, y el fantasma de la culpa nos ataca.
Lo peor es que un día explotamos por una nimiedad, y toda esa frustración sale en forma de gritos transformandonos en energumenas
A primera vista, complacer a los demás no parece un problema y de hecho, ser una persona conciliadora y amable es una virtud.
El conflicto surge cuando carecemos de fuerza para, tras analizar una situación, decir no.
Así nos sobrecargamos de trabajo, responsabilidades y tareas que no nos competen en absoluto.
Negarse puede significar decepcionar a una amiga, disgustar a nuestra pareja, o que se enfaden nuestros hijos.
Cuando nos da pánico provocar un conflicto y, erróneamente, pensamos que dejaran de querernos, este autosabotaje continuo a nuestros sentimientos termina pasandonos factura y es nuestro cuerpo el que protesta con manifestaciones de ansiedad, pinzamientos musculares y depresión.
A las mujeres les cuesta horrores decir no
A veces, ni nosotras mismas somos concientes de que estamos bloqueadas, y repetimos un patrón aprendido desde la infancia.
Tenemos que empezar a distinguir nuestras emociones , lo que nos gusta y lo que no nos gusta, lo que nos va bien y lo que no, a mirarnos más por dentro y a escucharnos.
Tambien es fundamental establecer límites a nuestros hijos y que se acostumbren a una negativa cuando lo que piden no es conveniente.
Si les evitamos toda dificultad, si no les enseñamos a que ellos mismos vayan afrontándolas y resolviéndolas, luego se sentirán incapaces e infelices, desprotegidos para afrontar las contrariedades.
Analiza cuál es la razón que te lleva a complacer a alguien, y comprueba si lo haces por miedo a la reacción de esa otra persona o simplemente porque lo deseas.
Piensa en ti y sé una pizca egoísta
Ten en cuenta que la gente que te quiere o debe jamás obligarte a hacer algo que no deseas.
Aunque la reacción sea negativa al principio, es la falta de costumbre.
Respeta su enfado pero no cedas a chantajes emocionales.
Arriesgate
Di lo que piensas y sobre todo no te sientas culpable por haber conseguido expresar tus deseos y así los demás se irán acostumbrando a tu cambio
Da una excusa, no varias
Cuando se dan muchas explicaciones o son muy largas, la negativa suena a disculpa y nuestro interlocutor puede segur insistiendo y lograr que el "no" se convierta en un "bueno , de acuerdo"
Di no con amabilidad
La sonrisa no hace menos efectiva la negativa-
Para autoafirmarse no es necesario herir a los demás
Utiliza un tono de voz firme pero relajado
Nunca digas tal vez
Es desconsiderado dejar con la duda a los demás e ineficaz.
Actúa
No te conformes con decirlo, hazlo
¿ Tu chico o una amiga siempre llegan tarde y no hacen caso de tu ruego de puntualidad ?
La próxima vez no esperes, márchate y así demostrarás que no estás dispuesta a aceptarlo todo.
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