El joven triunfador examina sus posibilidades antes de iniciar algo. Sabe perfectamente hasta dónde puede llegar con los recursos que tiene, así que llega hasta allá. Luego hace acopio de más recursos para llegar más lejos. Así actúa sucesivamente hasta que consigue su objetivo. Eso es obrar con inteligencia.
Sé perseverante en todo lo que emprendas. Lo que valga la pena hacer tendrá dificultades. Recuerda que si lo que vale la pena fuera fácil, cualquiera lo haría. Tú no eres un cualquiera, tú vales mucho, por eso debes intentar grandes logros. Por eso también encontrarás grandes obstáculos que a veces te harán pensar en echarte para atrás; en "rajarte", como decimos en México. Pero sé bien que no te arredrarás ante los obstáculos. Sé bien que seguirás adelante. Quizá tomes un respiro, pero después harás acopio de fuerzas y volverás a arremeter contra la barrera que se erige ante tus ojos.
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